Durante las vacaciones hemos disfrutado del sol, la playa, el tiempo libre y una alimentación distinta a la habitual. Volver a la rutina puede convertirse en un trauma si no sabemos gestionar el tiempo y las obligaciones que implica nuestro quehacer diario. Según la empresa de trabajo temporal Randstad, la tasa de trabajadores que sufren este síndrome está descenso sin embargo siguen siendo muchos los ciudadanos que lo padecen. Para evitarlo, te recomendamos seguir unas sencillas pautas que te ayudarán a llevar mejor la operación retorno:
1) Adaptar los horarios progresivamente. Lo más habitual durante el verano es cambiar el horario al que nuestro cuerpo está acostumbrado el resto del año. Para evitar sentirnos demasiado cansados cuando volvamos al trabajo, lo mejor es comenzar una semana antes de nuestro regreso a aplicar pequeños cambios en nuestra vida, tan sencillos como acostarnos y levantarnos más temprano. Reducir las siestas a 20 minutos es también una buena forma de acostumbrar nuestro cuerpo.
2) El fin de las vacaciones no es el fin del ocio. Que terminen no significa que tengamos que poner fin a la diversión. La mente necesita descansar y centrarse en otros objetivos. Por eso, es recomendable aprovechar el tiempo libre y los fines de semana para practicar actividades totalmente ajenas al trabajo. El deporte, salir al campo, disfrutar de una jornada con amigos o dedicarnos a la cocina son actividades que nos entretendrán y nos harán olvidar la rutina.
3) Actitud positiva. La prevención es esencial pero también la manera en la que nos enfrentamos a los problemas del día a día. Desde el blog de la Clínica Universitaria de Navarra recomiendan que las vacaciones no se conviertan en un objetivo prioritario de nuestra vida. La rutina tiene también sus aspectos positivos. Debemos evitar el dramatismo y asumir que cada periodo tiene sus ventajas e inconvenientes.
4) Tirar de agenda. No hay nada mejor que la planificación de las tareas. Al llegar a la oficina, lo habitual es encontrar centenares de e-mails y peticiones a las que es necesario dar respuesta. Lo mejor es clasificarlas según su urgencia y elaborar un planning con las actividades a realizar.
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