¿Cómo afecta la luz azul a nuestra salud?

La luz azul se ha convertido en un tema recurrente en nuestro día a día por nuestra exposición continuada a pantallas. Nos surgen dudas sobre cómo esto puede afectar a nuestra salud y de qué manera podemos protegernos ante algo que no conocemos del todo. En este artículo resolveremos las cuestiones más importantes. 

La luz azul es parte del espectro de luz, se emite de forma natural por el sol pero también por fuentes de luz artificial como, por ejemplo, las bombillas LED o la pantalla de un móvil.

La luz azul no es potencialmente dañina en sí, sino que representa una pequeña parte de toda la luz azul que existe en el espectro de ondas azul-violeta. De hecho, tiene efectos positivos como la producción de serotonina un día soleado.

Pero lo cierto es que la exposición a los ojos de la luz azul-violeta ha aumentado de forma exponencial en los últimos años, principalmente debido a tres causas: la irrupción de los dispositivos electrónicos en nuestra rutina, sin dejar tiempo suficiente para que el organismo cree mecanismos fisiológicos de compensación para protegerse; la distancia tan cercana a los ojos, lo que hace que aumente el grado de exposición; y el porcentaje mucho mayor de luz artificial que de luz natural.

Se estima que todos pasamos una medida de 6 horas frente a una pantalla. Por lo que nos encontramos sobreexpuestos a esta luz azul, especialmente desde una edad cada vez más temprana.

De hecho, durante el periodo de confinamiento debido a la pandemia, las jornadas de teletrabajo aumentaron, lo que ha dado lugar a un incremento de las alteraciones en la piel del rostro, tales como manchas, deshidratación, arrugas y rojeces. Y a pesar de que aún no existan pruebas científicas que determinen que la luz azul es directamente dañina para los ojos, sí hay algunos estudios que relacionan este problema con enfermedades oculares e inducción al fotoenvejecimiento prematuro.

Es por esto por lo que te damos algunos consejos:

  • Evitar la sobreexposición continuada a dispositivos electrónicos emisores de luz azul en las horas previas a la hora de acostarse para que no afecte en tus ritmos circadianos. 
  • Utilizar gafas de color naranja o ámbar. Estas filtran selectivamente la exposición a los ojos de la luz azul por el uso continuado de dispositivos electrónicos, y minimizar así los efectos adversos. 
  • Por último, usar cremas fotoprotectoras. Las innovaciones dermatológicas en cosmética y fotoprotección solar ya han incorporado activos que protegen la piel del daño inducido por la luz azul, ya sea natural o artificial.

Como en la mayoría de los casos, la prevención es la mejor forma de proteger nuestra salud.

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