Los riesgos de la digitalización sanitaria

La digitalización sanitaria es cada vez más común. No es de extrañar, ante las nuevas necesidades surgidas tras la pandemia, que el sector sanitario haya optado por la transformación digital y la asistencia sanitaria esté abandonando la dinámica tradicional para adaptarse a las necesidades actuales.

Sin embargo, aunque el impacto de la digitalización es realmente positivo, también debemos tener en cuenta los riesgos que conlleva. 

En materia de privacidad, por ejemplo, cada vez más países se unen al desarrollo de una serie de obligaciones y sanciones en pos de la protección del paciente. Al tratarse de una información especialmente sensible e íntima, todas las plataformas que albergan este tipo de datos deben seguir el Reglamento Europeo de Protección de Datos y la Ley de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales. Todo tipo de profesionales y centros sanitarios que manejan esta información deben respetarlo. 

La pérdida de privacidad en el procesamiento de datos no es el único riesgo al que nos enfrentamos. El uso de aparatos tecnológicos en salud, como marcapasos o prótesis, pueden poner en riesgo directamente al propio paciente. Aunque las posibilidades son mínimas, el riesgo es muy grande, por lo que es necesaria una labor de control de seguridad constante. 

Sin duda, la evolución en la digitalización sanitaria conllevará una evolución en la normativa. Cuanto más pasos dé el sector sanitario en este campo, más riesgos surgirán y, por lo tanto, más ajustes necesitará la normativa. 

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