En los últimos años, han sido muchos los sectores que han vivido una transformación digital y tecnológica. El modo en el que nos relacionamos, compramos o buscamos información ha ido cambiando con el tiempo y las circunstancias. La aplicación de la tecnología es uno de los cambios que han supuesto un gran avance para diferentes servicios en la sociedad y, entre ellos, se encuentra la atención en salud.
En este nuevo paradigma surge el debate sobre las ventajas y desventajas de esta forma de atención no presencial.
Entre las ventajas de la teleconsulta se encuentra:
– La accesibilidad para poder acudir a la cita.
– El ahorro de tiempo de desplazamiento y costes asociados.
– La agilidad para consultas sencillas.
– La disminución de ausencias laborales. y, por lo tanto, la disminución del riesgo de despidos.
Así mismo, existen ciertas barreras de accesibilidad y manejo de las tecnologías por ciertos colectivos más vulnerables como personas con problemas auditivos, cognitivos, dependientes, mayores, etc. Aunque también puede ocurrir que ninguna de las partes tengan formación en competencias digitales.
Teniendo en cuenta los límites actuales, está claro que, de cara al futuro y de manera general, todavía queda trayectoria en el desarrollo de la telemedicina y que con formación y legislación puede llegar a convertirse en un espacio lleno de posibilidades.
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