En España son muchas las personas asiduas a visitar balnearios periódicamente. En nuestro país, prácticamente todas las comunidades autónomas disponen de algún centro donde disfrutar de los beneficios que ofrecen las aguas termales pero ¿sabes exactamente cómo se clasifican y qué aplicaciones tienen?
Existen cuatro tipos de aguas dependiendo de su temperatura: Hipertermales (superiores a los 45ºC), Mesotermales o calientes (35-45ºC), Hipotermales o poco frías (21 º a 35 º C) y Aguas frías (menos de 20ºC). Antes de visitar un balneario, deberás consultar con su médico el tipo de temperatura que le conviene más ya que las aguas demasiado calientes o demasiado frías pueden ser poco recomendables para determinados tipos de enfermedades.
La opinión generalizada es que las aguas termales sirven para aliviar enfermedades reumatoides asociadas a la tercera edad pero lo cierto es que hay numerosas patologías que se ven beneficiadas por su uso. La Asociación Nacional de Balnearios (ANBAL) incluye un completo catálogo de aguas medicinales (bicarbonatadas, cálcicas, fluoradas, sulfatadas, etc.) y sus posibles empleos. Por ejemplo, las aguas bicarbonatadas son recomendables en casos de enfermedades endocrinológicas y las cálcicas están indicadas para la degeneración ósea. Las aguas magnésicas por su parte, tienen una acción purgativa y su consumo está indicado a personas que lleven una dieta desequilibrada o practiquen deporte en exceso.
Pero sus beneficios no son solamente físicos, está comprobado que la hidroterapia reduce el estrés y contribuye en la resolución de procesos traumáticos. Si eres mutualista, estás además aún más cerca de disfrutar de los mejores balnearios gracias a los descuentos que te ofrecemos desde el Club AMA.
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